La educación emocional es un proceso continuado en el tiempo en el que se entrenan y desarrollan habilidades para ser capaces de:
- prestar atención a nuestras emociones
- comprenderlas, entender su causa y su función
- darnos cuenta de cuándo una emoción nos está perjudicando y saber con qué recursos encauzarla
- relacionarnos mejor con nuestro entorno: con empatía, con una comunicación constructiva y con capacidad para resolver conflictos de manera eficaz
- generar hábitos para sentirnos bien en el día a día
- superar los retos vitales, afianzar valores y alcanzar nuestras metas